domingo, 29 de abril de 2012

PACO YUNQUE Y EL BULLYING


PACO YUNQUE Y EL BULLYING
                “…Mucho rato estuvo así jugando Humberto Grieve con Paco Yunque. Le dio como veinte saltos y veinte patadas. De repente se oyó un llanto…”
                Fragmento que pertenece al cuento titulado “Paco Yunque”, quien  es también el nombre del protagonista infantil del relato, convertido en una de las figuras emblemáticas de la literatura peruana.  Según Georgette menciona que el cuento fue escrito en Madrid, en 1931, poco después de la publicación de la novela “El tungsteno” y a pedido de un editor quien había solicitado a Vallejo “un cuento para niños”. Dicho editor rechazó el relato por considerarlo “demasiado triste”. Su publicación sería póstuma, trece años después del fallecimiento del autor, en la revista Apuntes del Hombre (Lima, julio de 1951, año I, núm. 1). El cuento es el relato de las vicisitudes e incidencias de un niño tímido y de origen humilde, Paco Yunque, durante su primer día de clases; en el cual debe soportar los maltratos y humillaciones de otro niño, Humberto Grieve, hijo de los patrones de su madre; así como la indiferencia del profesor.
                Vallejo refleja sucesos que se repiten históricamente y quien sabe él sumó las estadísticas de esos entonces: el acoso y maltrato físico-psicológico. Acciones que no solo se dan en el colegio, sino también en el barrio, la familia, redes sociales, etc.
                Dan Olweus, en la década de los 70, fue el primero en utilizar el término de "bulliing" para situaciones de acoso escolar lo que derivó en que las escuelas de Noruega establecieran programas de "antiacoso". El fenómeno bullying consiste en hacer la vida imposible a ciertos niños y adolescentes que se sienten débiles por causas diferentes, en el caso de Paco Yunque por una cuestión socio-económica.  En nuestro país es un término nuevo, mas no un hecho que recién nos demos cuenta de su presencia e implicancias, y va en incremento e incluso con consecuencias desgarradoras  
                Cuando se habla del bullying, no se hace referencia a una situación aislada de rivalidad, de riñas comunes entre niños o de relaciones en las que un niño se lleva mejor con uno que con otro. Tampoco se refiere a la existencia de niños tímidos, tranquilos o aislados. El bullying no es una conducta reactiva de niños que experimentan situaciones como un divorcio de sus padres, la muerte de un familiar, etc., pues estas reacciones conductuales son pasajeras y reactivas a una situación que las podría ameritar y son tomadas como ocasionales y de corta duración.
                En el caso del bullying estamos hablando de situaciones de agresión, tanto física como verbal y emocional, que no se detienen, que son intolerables y que se dan de manera prolongada y sostenida, generando daño psicológico tanto en la víctima como en el agresor. Se presenta de manera variada según la seguridad del acosador sobre sus víctimas como befas, chacotas, rechiflas, humillaciones, ley del hielo, insultos, señalando sus rasgos físicos, haciendo chanza en su manera de vestir, objetando sobre sus religión, criticando su nacionalidad, empañando su reputación, levantando falsos testimonios, etc.
                “…Humberto Grieve, aprovechando de que no le veía el profesor, dio un salto y le jaló de los pelos a Yunque, volviéndose a la carrera a su carpeta. Yunque se puso a llorar...”
                ¿Qué debemos hacer los profesores?
                Naturalmente, no tomar el ejemplo del profesor (Paco Yunque), quien es un señor muy serio y que “tenía un pescuezo colorado y su nariz parecía moco de pavo. Sus zapatos hacían risss-risssrisss-risss, cuando caminaba mucho.” Pese a que decía explícitamente que no hacía diferencias entre alumnos ricos y pobres, su desenvolvimiento en el aula manifestaba todo lo contrario. Los docentes debemos identificar a niños agresores y niños agredidos, asimismo mayor acercamiento con los espectadores y padres de familia, pues, a veces, los Toes no funcionan por falta de orientación; si bien es cierto el Perú cuenta con la Ley Nº 29719 o Ley Antibullying en la que especifica una intervención con un profesional en psicología en cada colegio, no obstante, esta buena idea se ha modificado disque por problemas presupuestales. Nos queda a todos los docentes poner el hombro y ayudar a prevenir estos sucesos.    De acuerdo con los actores del Bullying a parte de la víctima y el victimario está presente el “profesor” (Paco Yunque), perdón el testigo o espectador. En caso de niños que observan al niño agresor o bully maltratar a su amigo o compañero, estos también sufren; pueden experimentar temor, culpa, apatía, llegando a desensibilizarse ante el dolor ajeno y más adelante este problema nos llevará a otros problemas que también serán foco de atención. Aunque, generalmente, la fuente de estos problemas no está en la Institución Educativa en cuestión sino el mismo hogar. La tarea es identificar y prevenir.
                                                                                                                                                                          
Orlando Luján Corro
Educador y Poeta
aoluco_79@hotmail.com