lunes, 7 de mayo de 2012

PILATO Y OLLANTA


PILATO Y OLLANTA
                Entonces Pilato, viendo que nada adelantaba, sino que más bien se promovía tumulto, tomó agua, se lavó las manos delante de la gente (Evangelio de Mateo 27: 24), acomodo sus maletas, tomo de la mano a su esposa y viajó plácido e indolente. La gira es por un semana  entre Japón y Corea del Sur, no obstante, a la importancia del viaje esto ocasionó un cabreo tremendo en la multitud.  Días atrás, Ollanta, ya tuvo una seria trastabillada al calificar como “victoria impecable” la liberación de 36 trabajadores del Consorcio Camisea; quienes  estuvieron como rehenes por la columna narcosenderista del criminal Gabriel. Ocho muertos, ocho familias enlutadas y todo un Perú humillado e indignado deja la Operación Libertad en Kiteni. Mucho triunfalismo, Presidente; muchas mentiras.  
               Cámaras, prensa; en el nombre del padre del hijo y del espíritu santo. El suboficial Luis Astuquillca se ve desconcertado. Persignar y salir a dar declaraciones victoriosas no le libera del linchamiento verbal “¡Lozada a su casa!”. El presidente Ollanta; susurrado al oído por la primera dama, responde: “censurar a los ministros sería hacerle el juego al terrorismo”, esto quiere decir, señor Presidente, que el pueblo peruano en su mayoría le hacemos el juego al terrorismo; pues la separación de los operadores políticos es vox populi. “Una cosa es con guitara y otra con cajón” reza un dicho; otrora, en el segundo gobierno de García, usted pidió las cabezas, por las muertes de valerosos soldados en el Vrae, ahora usted se lava las manos.   No hay necesidad de ser un profundo conocedor en técnicas y tácticas de operaciones militares para darse cuenta que las acciones en el Vrae no fueron manejadas estratégicamente; el resultado es ya arto  conocido, pero lo más indignante es un policía mutilado cobardemente y rescatado por su padre.
                ¿Qué pasó señor Presidente? La verdad funcionaba mejor como candidato, sus apreciaciones eran más acertadas. Nuestro país está desmembrado y desgarrado y en algo tiene usted razón que esto no viene desde hace nueve meses sino por el abandono de los gobiernos y falta de presencia del Estado; pero a lo menos un acto penitencial era necesario, no cree. Son estos hechos los que desnudan la realidad del Perú y la presencia de zonas liberadas donde reina el narco tráfico y el terrorismo, donde la población desconfía de nuestras fuerzas policiales y militares.
                Repito, no se desmereciese  la importancia de esta gira, señor Presidente, si hubiera puesto más atención al tema y dejado en claro el caso Kiteni; sin embargo al llegar a Japón, con quien tenemos  un TLC y es el segundo socio comercial de Perú en Asia y el quinto en el mundo, si acaso es invitado a la ceremonia del té, recuerde que su objetivo de este es vivir en armonía con la naturaleza, llegar a ser una persona honesta, etc.  Y ni desmerecer a Corea del Sur con quien también tenemos un TLC  y es nuestro tercer socio comercial en Asia y el octavo en el mundo; acá recuerde que es una de las civilizaciones más antiguas con un gran respeto por su tradición y sus principios. 
                Exacerbados por tanta mentira, tanta inacción. Barrabas ha sido liberado y perdonado sus culpas. Los errores políticos y técnicos se castigan y más aún cuando estos arrasan con vidas jóvenes; aunque luego creer que una madre o un padre quieren hijos héroes, ¡No! lo que quieren es tener a sus hijos vivos. Si bien es cierto que en un enfrentamiento o guerra habrá bajas, seguro que sí; pero que no sean fruto de la improvisación y el abandono ¡Sí!, a pesar de las declaraciones digitadas del suboficial Luis Astuquillca, abandono; como lo abandonaron a César Vilca y a eso se llama traición. Hay llamados a la unidad contra el terrorismo y narcotráfico y en eso el pueblo peruano debe cerrar filas, pero no apañando desidias y negligencias que enlutan; un discurso y un viaje mate no nos calma el dolor, todo lo contrario nos llena de ira y rabia. Entonces diremos: Adhiere tu forma sana de ser, pues las manos después de lavadas seguirán manchadas y más aún desdichadas.
Orlando Luján Corro
Educador y poeta
aoluco_79@hotmail.com