miércoles, 18 de enero de 2012

A FAVOR DEL RÍO

A FAVOR DEL RÍO

“No deseo la victoria ni la muerte,
no deseo la derrota ni la vida,
sólo deseo el árbol y su sombra,
la vida con su muerte”
JH
                Hace 69 años, un 19 de enero de 1942, nace en Lima un poeta de la estirpe de Bolívar, el Che y De la Puente. Nació libre como el río que baja por las piedras anchas,  por las rocas duras, por el sendero dibujado por el viento. Javier Heraud Pérez, señores. Estudiante de  educación primaria, en el Colegio Markham, en donde destacó en el deporte y la poesía. Es quizá el profesor más joven del Perú (1958, profesor de inglés y castellano en el Instituto Industrial Nº 24).
                En 1960, aún menor de edad, publica su primer poemario "El Río" poemario pincelado de sensibilidad y gallardía. El 20 de diciembre de ese año comparte con César Calvo, el primer premio en el concurso " El poeta joven del Perú", por su poemario "El viaje".
                Heraud, poeta joven y río; te  están contaminando, te están desviando. Hay los que aplican la “ingeniería” quienes te han capturado entre tubos; ahora discurres ya no cristalino como en otros tiempos. Te muestras sumiso y subyugado en el Perejil de Vallejo, en el Grande de José Gálvez. No obstante, la limpieza en tu poema lozano permanece incólume e indemne, a pesar de arremetidas caprichosas e insanas. En tu poesía aún buscamos nuestra identidad, nuestra liberación, el amor profundo a la naturaleza, más aún a nosotros mismos. No tratamos de profesar nuestra muerte, pues está parece estar tan cerca al lado de una gota de cianuro y cuatro mil millones de soles de supuesta inversión.  En estos tiempos tan duros y en un “año de la integración nacional y reconocimiento de nuestra diversidad” o estás a favor o en contra del río. Que estén realizando emigraciones ideológicas o que la dialéctica les ha pasado la factura no es mi asunto. No hay arquetipos estables y definidos o criterios ortodoxos que ameriten mi decisión, pero si hay ejemplos de vida singular y atractiva; esa es la de Heraud.  Testigo de un mundo leonino y destrozado por el caos aúpa  su voz impregnada de pureza y amor hacia la naturaleza y a todo lo que le rodea: mar, río, patria, continente, casa, cuarto, flor, rosa, manzana, amigos, etc.
                A favor del río y no solo de la  corriente de agua continua y más o menos caudalosa que va a desembocar en otra, en un lago o en el mar; cuya definición proporciona la RAE; sino también de la segunda acepción que proporciona la misma: afluencia de personas. Marchar al lado de este líquido libre, puro y cristalino que nace en el Toro o tal vez de aquel que nace en Conga y encontrarnos en nuestros recorridos y no esperar fenecer en el océano.
                Río parece que ya no verás más los campos fértiles, los árboles verdes, tus aguas bondadosas y cristalinas, pues los están ahogando en su propio aire, los están ahogando en su propia agua.
                Veintiún años son suficientes para intentar cambiar el sistema arbitrario ¿cuántos años tienes?  Que no te venza la pereza, la desidia o el conformismo. No temas ser el río que viaja soberano y franco. Y no por ser un río eres comunista o guerrillero y no por ser un ambientalista te disfrazas de terrorista. Hay una gran necesidad de culturizar y que la poesía, en forma de río, sea un instrumento de cambio; la palabra con la acción, la poesía con revolución sociocultural. Seguro que por el término me tildarán de extremista. Entonces ¿Vallejo y  “el arte y la revolución”?

Orlando Luján Corro
Educador y Poeta
aoluco_79@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente guardando seriedad y respeto.