“El día que la mierda tenga algún valor, los
pobres nacerán sin culo”. Con el sistema actual se cumplirá este viejo dicho
portugués. En esta sociedad cada día se es menos ciudadano, pues este no sirve
como tal, sino solo como un simple estropajo, una estadística para elegir a
alguien. No me gusta este mundo injusto, inhumano y grotesco disfrazado de Papá
Noel, de juguete y de panetón. No me agrada porque en su mayoría gente perversa
cuasifilántropa ha aniquilado al ciudadano y sus derechos, ciudadanos de la
Revolución Francesa; y utiliza a este como un tonto casi innecesario y que solo
será necesario en momentos de elecciones y entonces luego de esto seguirá
siendo un estropajo. El sistema llega con metamorfosis y no hay quien desnude
su naturaleza. El valor de la solidaridad y la filantropía cada día más
populista y huachafa. El populismo multiplica la miseria para poder llevar
cualquier estupidez que se cree que para el pueblo es necesario. Y bueno el
pueblo cada día se siente con más agrado dentro de este sistema, porque cuando
le llega el calendario, el chocolate, la taza dice: “bueno algo me toco”. La
democracia así no se fortaleza, cada día se debilita, se debilita a tal punto
que el pueblo se está estupidizando y lo único que hace es reaccionar con el estómago
vacío y una mente subordinada. Ha perdido su dignidad y la posibilidad de salir
adelante como ciudadano con derechos y metas. Cada día, lamentablemente, se va
desmembrando instituciones que es casi nula.
Filósofos como Sócrates y Aristóteles vieron
los defectos de la democracia y por qué vieron estos defectos porque
identificaron tres derechos inalienables: la vida, la libertad y por último la
propiedad privada. El sistema no respeta estos derechos todo lo contrario los va
destruyendo aprovechándose de las necesidades de los pueblos y levantando pasiones inútiles; anulando así la
dignidad de las personas y sin la posibilidad de poder manejar su propia vida.
A fines de cada año y en tiempo de elecciones
se ama tanto a los pobres y, entonces, como hacemos con esa población que de
acuerdo a la pirámide de Mazlow se encuentra en lo más bajo, “necesidades
fisiológicas”; gente populista y majadera pretende hacerles creer que esa es la
máxima expectativa: llenar sus estómagos; dejando de lado otras necesidades
como seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización.
Qué hacer con esta degeneración de valores y violencia
moral. Sin lugar a duda alimentar el conocimiento y desarrollar la razón,
respetando la argumentación y el debate con lógica, respetando el estado
constitucional de derecho, mayor seguridad jurídica, fortaleciendo la
institucionalidad del estado y sus partidos políticos; entre otras acciones
indispensables como tomar decisiones radicales contra el crimen y la delincuencia.
Una población que no tiene educación no va a
poder exigir de sus políticos debata con razones y argumentos sobre las
necesidades e intereses de los ciudadanos, sino siempre va a ser manipulada con
falacias y pasiones sensacionalistas; manteniéndolos cada día en la pobreza no
solo económica, sino mental; y con la eterna ilusión que lo único que importa
al momento de votar son los bienes materiales. Más panteón, más chocolate y un
calendario sin feriados.
Orlando Luján Corro
Educador y Poeta
orlandolujancorro@gmail.com
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