viernes, 31 de julio de 2015

            SELFIE MINISTERIAL                         
A propósito del selfie ministerial durante el último discurso presidencial;  cabe mencionar  que de acuerdo a una encuesta encargada por smartphone y fabricante de cámaras Samsung encontró que los selfies representan el 30% de las fotos tomadas por personas de 18-24 años de edad, con la finalidad de ser publicadas en las redes sociales.  Asimismo,  estudios psicológicos realizados, en el presente año, entre los usuarios de medios sociales sugieren que existe una relación entre los comportamientos selfie-contables y narcisismo. ¿Ministros chibolos o narcisistas?
No es novedad que los políticos ya entraron a la onda del selfie, lo lidera nada menos que la jovial y selfiemaniatica  presidenta Argentina, Cristina Fernandez, a través del “selfie stick”. En la misma dirección, al presidente Barack Obama, en la celebración conmemorativa en homenaje a Mandela, no le ocurrió mejor idea que tomarse un selfie junto al primer ministro danés, Helle Thorning-Schmidt, y más tarde con el primer ministro británico, David Cameron; las críticas van desde “mal gusto presidencial” hasta "hacer el payaso como Muppets". Entre otros. ¿Presidentes chibolos o narcisistas?
Este 28 de julio el presidente Ollanta entusiasmado por la presencia de sus simpatizantes al frontis del Palacio de Gobierno se dirigió por segunda vez a la nación, y haciendo uso de las facultades que el Congreso de la República le delegó, por 90 días, recordó la norma que el legislativo le autorizó referido al “impulso de la innovación” y al pie de la letra, al estilo del valeroso capitán Paiba; los ministros  escucharon:
Compatriotas –dijo el presidente Ollanta, en el imaginario ministerial,–, siendo el selfie una actividad fotográfica de autorretrato dinamizado a nivel mundial y en suma de interés nacional;  hago conocer que en próximos días se emitirá el D. L. de oficialización del Selfie –Aplausos, los ministros se desbarajustan cual niños y su primer selfie. Un momento el presidente aún está hablando, pero eso nada parece importar.  Mientras tanto los ciudadanos, también, elaboraban en su mente propuestas sobre “el impulso de la innovación” como el impulso de un programa para mejorar la capacidad innovadora de las empresas y participantes o el desarrollo y consolidación de  proyectos de innovación con una visión integradora; pero en fin nada de eso acontece. Solo dos imaginarios en un mismo instante.
A lo ocurrido un buen sector de la opinión pública se olvidó, a posteriori del discurso presidencial, del análisis sustancial y de fondo de este, y se encasilló  un una imagen patética y casual, digo por la importancia y seriedad del acontecimiento, mas no por la inclinación a un buen selfie. Ahí empezó oficialmente la utilización del selfie para la cercana campaña presidencial y futuros gobernantes. Será tan constante que ya ni llamará la atención.

Orlando Luján Corro

docente y poeta

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