domingo, 13 de febrero de 2011


EN EL CENTENARIO DE ARGUEDAS
                Arguedas nació en Andahuaylas el 18 de enero de 1911; el 2011 se cumplió cien años de su natalicio. En este sentido se desplazó un corriente de opinión, acertadamente, para denominar el año 2011 como: “Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas”; sin embargo éstos adujeron que no se estila poner nombres de personalidades a los años. Y si lo hicieran así, dicen, generaría precedentes y próximas disputas en provincias y regiones del Perú; porque cada quien planteará sus respectivos héroes y personalidades. Estos son argumentos tan falsos, como sus argumentos que generó el “baguaso”. Hay antecedentes señor Presidente, por eso hay algunos que irónicamente le sugieren “memorex”. Le recuerdo, si ya se olvidó, que años anteriores sí se ha puesto nombres de personalidades a los años, y hasta en siete oportunidades y nadie disputó absolutamente nada, por ejemplo: Año de los Derechos de las Personas con Discapacidad y del Centenario del Nacimiento de Jorge Basadre (2003), Año de César Vallejo y del Encuentro de Dos Mundos (1992), Año del 450 Aniversario del Nacimiento del Inca Garcilaso de la Vega (1989), Año del Bicentenario del Nacimiento de don Faustino Sánchez Carrión (1987), Año de Santa Rosa de Lima, etc. Entonces, la pregunta es por qué se quiere obviar el nombre de José María Arguedas, un escritor cuya obra es una confesión de amor al Perú y convoca a todas las patrias. Creemos que José María Arguedas es grande como César Vallejo, Jorge Basadre, Faustino Sánchez Carrión, el  Inca Garcilaso de la Vega, entre otros, por eso mismo debe figurar con luz y nombre propio y no ser nombrado oblicua y parcialmente.
                ¿Por qué el 2011 debe llamarse año del centenario del nacimiento de José María Arguedas? El Perú un país unitario y a la vez tan diverso y pluricultural, esta antítesis y unidad dialéctica lo vemos representado en José María Arguedas y sus obras; cuya relevancia no sólo es peruana sino universal. El Premio Nobel de Literatura 2008, el francés Le Clezio, cuando recibió su galardón, no tuvo reparo en citar a Arguedas como un escritor influyente en su obra.  E allí la universalidad del autor de Los ríos profundos. ¿Qué dirá al respecto el reciente Novel Mario Vargas Llosa?
                José María Arguedas, desarrolla la Literatura y la Antropología porque la cultura tradicional forma parte de su existir. Arguedas, por sus cualidades escudriñadoras, creativas y su compromiso social, sintetiza el quehacer de la Antropología y, dentro de ella, el folclore, la literatura, la pedagogía ejercida en diversos colegios. Desarrolla las bases de una política cultural que reivindica la diversidad. Es forjador de sueños que nos permiten conocer ese mundo que él busca plasmar tomándolo de su realidad cercana, que en otro tiempo otros odiaron, menospreciaron, rechazaron, considerándolos carentes de realidad y de vida; como hoy parece suceder con algunos intelectuales y gobernantes. No es el interés propio lo que guía a José María Arguedas en cada una de sus obras, sino el interés de su pueblo.
                 En octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue cesado por considerársele comunista. En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore en el Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio (1950-52). En 1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana. A este cargo sucedieron el de director de la Casa de la Cultura del Perú (1963-1964) y director del Museo Nacional de Historia (1964-1966), catedrático del Departamento de Etnología de la Universidad de San Marcos (1958-68), y profesor en la Universidad Nacional Agraria de la Molina desde 1964 hasta su muerte, ocurrida a consecuencia de un balazo que se disparó en la sien y que ocasionaría su fallecimiento cuatro días después. Fue galardonado con el Premio Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales (1958) y Literatura (1959, 1962) y con el Premio Inca Garcilaso de la Vega (1968). Su obra revela el profundo amor del escritor por la cultura andina peruana a la que debió su más temprana formación; y representa, sin duda, la cumbre del indigenismo peruano. La repercusión simbólica de la poesía de Arguedas en nuestra cultura es innegable. Más aún cuando los intentos de modernización en curso parecen obviar el debate sobre el tipo de modernidad  al que debemos aspirar. Aspirar a una modernidad desde nuestras raíces antiguas, optar por un proyecto nacional donde se asuma la diversidad de nuestra heterogeneidad social y cultural, concebir una  identidad que se contraponga al exterminio y postergación de una parte de nuestra población son reivindicaciones legítimas que, en mucho, el discurso estético permite soñar.
                Entre otras ideas y en demasía, díganme si no sería acertado y propicio denominar el año 2011 como “Año del Centenario del Nacimiento de José María Arguedas”

Orlando Luján Corro
Educador y Poeta
aoluco_79@hotmail.com

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